Kepa Zugadi, de la Asociación Goldatu.

A nuestros años tenemos muchas escamas, alguna calva y muchas canas. Pero hay momentos que nos invade una emoción extrema. Son ya pocos momentos los que nos emocionan, pero merece la pena vivirlos y recordarlos antes del «tránsito».

Ayer en Elgeta fue unos de esos momentos que prevalecerán en la intimidad cómplice de nuestras confesiones tabernarias, hasta que nos quedemos solos con nuestros recuerdos.

Viejos gudaris, unos de arriba y otros de abajo, de atrás y de enfrente, de la internacional y de la nacionalidad; de la justicia social y del amor al prójimo. ¡Qué más da!

Allí estaban los 96, los 98, algunos más jóvenes, ¡pero en la vieja línea del frente!

Emocionados algunos, otros ausentes en vida para siempre. Pero nuestra presencia les removió su memoria. Minutos de recuerdos, soltura en la dialéctica, busca de complicidades perdidas desde que los suyos se fueron, unos en la guerra, otros en la «victoria» que diría Fernando Fernán Gómez y los más en el implacable paso del tiempo.

Un día grande. El tiempo nos consume y quizá el próximo año algunos de los que fueron ya no serán. Pero, si podemos, nosotros allí estaremos.

Gora gu ta gutarrak!!!

 

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