Este día 1 de junio se produjo la Asamblea de La Comuna en La Maliciosa (Madrid). En este lugar, los socios y socias de La Comuna refrendaron los nuevos documentos que guiarán los pasos de La Comuna en este nuevo ciclo así como se renovó la Junta Directiva y se hizo un repaso de las actividades hechas por La Comuna en los últimos meses.

Os dejamos con las palabras que pronunció al final de la Asamblea nuestro nuevo Presidente, Jesús Rodríguez:

En primer lugar, dedico un recuerdo emocionado, en el día de hoy, a Nora Cortiñas. Infatigable luchadora por la justicia, la memoria y los derechos humanos, que siempre estuvo a nuestro lado.

Norita, presente. Ahora y siempre.

Gracias a todas y a todos quienes habéis asistido en el día de hoy a esta Asamblea de La Comuna.

Sé que me repito, porque ya se ha dicho, pero creo que este es el momento de dar las gracias a Rosa por el inmenso trabajo realizado, sin el cual nuestra asociación no habría podido sobrevivir en este tiempo difícil que hemos pasado.

Y es de justicia, también, dar las gracias a Ana, Nerea, Iosu…. y a todas las personas que han dado lo mejor de sí mismas para mantener viva nuestra asociación.

Nuestra militancia es aportar según la capacidad y recibir según la necesidad. Como no podía ser menos, hacemos honor a nuestro nombre y practicamos el comunismo entre nosotras.

Somos un colectivo. Lo importante es el colectivo, la unión, lo que somos entre todas.

Somos una organización asamblearia. Nuestros cargos son una obligación legal y una necesidad organizativa. Es un trabajo extra necesario que tienen que asumir algunas personas. Y para mí será un honor hacerme cargo de esta tarea durante el tiempo que me corresponda.

Somos una organización abierta. Nuestra verdadera Junta Directiva son las reuniones bisemanales, abiertas a todas las activistas que quieran participar. En ellas discutimos y decidimos sobre toda la vida de nuestra asociación.

La Comuna somos todas. Todas hablamos, todas representamos. No necesitamos jefes que hablen en nuestro nombre. Cuando alguien de La Comuna habla en público, habla la Comuna. Siempre que he tenido que hablar en nombre de La Comuna en un acto público, he comenzado mi intervención de la misma manera: diciendo que tenía el honor de representar a La Comuna en ese acto.

Porque eso es representar a La Comuna: un honor.

Pero esta participación abierta, en la que todas representamos y hablamos en nombre de La Comuna se basa en la confianza, en el respeto y en la lealtad. La confianza en el cumplimiento de los acuerdos internos de nuestra asociación. El respeto a la mayoría, expresada en nuestras reuniones. Y la lealtad hacia nuestra asociación. Las discrepancias se discuten en las reuniones. Pero en público se defienden los acuerdos de la mayoría. Y se defiende a La Comuna.

Utilizar el nombre de la Comuna para hablar en público, al margen de nuestros acuerdos, es un comportamiento antidemocrático, una falta de respeto hacia la militancia y un comportamiento desleal, incompatible con la pertenencia a nuestra asociación.

Estamos orgullosas de lo que somos. Orgullosas de lo que representamos. Orgullosas de nuestro pasado. Y orgullosas de nuestra historia.

Y tenemos memoria. No solo del franquismo. También de nuestra vida. No borramos a nadie de las fotos y no queremos ser borradas.

Estas son las palabras que nos definen: Justicia, verdad, memoria, respeto, dignidad y unión.

Ya estamos en la historia. En estos tiempos difíciles somos una piña.

Somos La Comuna.