El día 20 de junio de 2015 tuvo lugar un acto de homenaje a los trabajadores esclavos del franquismo que participaron en la construcción de la carretera de montaña que une las localidades de Lesaka (Navarra) y Oiartzun (Guipuzcoa) formando parte de los llamados Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores.

El homenaje, organizado por la Asociación Memoriaren Bideak, tuvo lugar en el alto de Igal, en Vidangoz (Navarra) y el participaron nuestros compañeros de LA COMUNA Vicente Antonio López y José Rodríguez Barrio por invitación especial de los historiadores Fernando Mendiola, Edurne Beamunt (1) y Ángel Organero (2) autores de investigaciones sobre el trabajo esclavo en Navarra entre los años 1939 y 1942.

Nuestro compañero Vicente Antonio López, investigador memorialista, es autor, entre otros muchos escritos, de un estudio sobre el trabajo esclavo especialmente dedicado a los cautivos toledanos que trabajaron como esclavos construyendo carreteras en el Pirineo de Navarra (3). En él recoge la historia de su padre, Jesús López López, que participó en la construcción de la citada carretera, formando parte del Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores nº 14 entre la primavera de 1939 y el verano de 1942.

En el acto, nuestro compañero José Rodríguez dio lectura a un texto escrito por Vicente Antonio López. «Esclavos del franquismo-Trabajos forzados». V. Antonio López

El desarrollo del acto (incluyendo el vídeo con la lectura del texto) fue ampliamente recogido en el blog del Col-lectiu Republicà del Baix Llobregat

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(1)     – MENDIOLA, F., y BEAUMONT, E.: Esclavos del franquismo en el Pirineo. La construcción de la carretera Igal-Vidángoz-Roncal. Txalaparta, Tafalla (2006).

(2)     – ORGANERO, ÁNGEL: «Batallón de pico y pala: cautivos toledanos en Navarra (Lesaka, 1939-1942)». Editorial Pamiela (2015).

(3)     – LÓPEZ, VICENTE ANTONIO: ESCLAVOS DEL FRANQUISMO. Trabajos Forzados. Autoedición (2013)

TEXTO LEÍDO POR NUESTROS COMPAÑEROS EN EL HOMENAJE DE IGAL:

Buenos días a todos/as

Fernando Mendiola

Edurne Beaumont

Ángel Organero

En primer lugar, muchas gracias por vuestros trabajos y esfuerzos por rescatar del olvido y el secuestro una parte de nuestra historia. Este país no acaba de comprender la importancia de la historia, hace unos días se ha celebrado el día Internacional de los Archivos y me saltó a la memoria los lamentos de los historiadores e investigadores de lo mal que están los archivos de la Memoria Histórica, dicen que algunos son como ladrillos o bloques de celulosa comprimida, la desidia es la reina de nuestros archivos, de nuestro pasado más reciente y de nuestra Historia.

Siempre digo que estos actos llegan muy tarde, esto debía haberse hecho en los años 80, cuando ellos podían haber disfrutado del reconocimiento que hoy les estamos haciendo, porque nosotros no olvidamos, ni queremos olvidar, para transmitir a las nuevas generaciones nuestros errores y no los repitan, para que aprendan de nuestros aciertos y los emulen.

Sin memoria no somos nada, sin ella, al despertar sería nuestro primer día, un beso sería el nuestro primer beso, una sonrisa sería nuestra primera sonrisa,..

La memoria nos hace comprender lo que somos, nuestro pasado nos ha moldeado para llegar a ser lo que somos en el presente, y poder interactuar en el futuro.

Desde que tengo memoria recuerdo los relatos de mi padre trabajando de esclavo en estas tierras, a diferencia de otros testimonios leídos en vuestro trabajo, mi padre si hablaba de los campos de concentración por los que pasó, primero en el campo de fútbol del Rayo Vallecano, después en Talavera de la Reina, más tarde en el Miguel de Unamuno de Madrid y por último en el Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores nº 14 de Lesaka,

De Lesaka es del que más hablaba, pasaron tanto hambre que en un reconocimiento médico declararon anémicos al 75% de su Batallón llegando incluso a ingresar en hospitales a muchos de ellos.

Se descubrió que los suboficiales de cocina sisaban las raciones para venderlas en el mercado negro.

También tenía otros recuerdos más agradables, decía que los domingos cuando iban a misa las chicas les esperaban en las calles para recogerles las cartas y que no pasaran la censura del Batallón, nunca les faltó un trozo de pan o alguna manzana, o lo que la gente podía darles que sería también muy poco.

Hasta su muerte siempre tuvo un recuerdo de agradecimiento al pueblo navarro y al pueblo vasco por lo bien que les trató.

Para finalizar queremos hacer una última reflexión a nuestros familiares y a todos/as los/as que aquí estamos recordando:

Fuisteis tratados como delincuentes y criminales sin haber cometido ningún delito por defender la legitimidad de la República.

Hace 40 años que esperáis demandando MEMORIA, VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN. Desgraciadamente la mayoría de vosotros no habéis de conocer la justicia y la reparación (justicia que os ha sido denegada por las instituciones del Estado), sea para todos/as nosotros/as y para la sociedad la VERDAD y la MEMORIA que hoy aquí reivindicamos.

En su nombre y por la parte que nos corresponde a toda su familia aquí presente, muchas gracias por ser como fuisteis y como sois. GRACIAS.

Vicente Antonio López y José Rodríguez.

Vindágoz (Navarra) 20 de junio de 2015  

 

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