¿Por qué miras la brizna de paja que está en el ojo de tu hermano y dejas de ver la viga que está en tu propio ojo? And why beholdest thou the mote that is in thy brother’s eye, but considerest not the beam that is in thine own eye? (Mateo / Matthew, 7:3).

Antonio Pérez, miembro de La Comuna.

Por haber tecleado dos tuits hace cuatro o cinco años, el novísimo concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid ha sido cesado (o ha dimitido) a las pocas horas de su nombramiento. Los susodichos mensajes masivos eran de dos clases: el primero, el de los millones de judíos en el cenicero del coche, es una conocida chocarrería propalada desde las cloacas franquistas. El segundo, el de las niñas de Alcásser e Irene Villa, ni siquiera llega a chuscada: simplemente, es una cumbre de la crueldad más zafia; por lo tanto, podría provenir de los mismos inspectores de alcantarillas, a fin de cuentas unos sayones que hubieran sustituido el nombre de Villa –niña mutilada por ETA- por el de cualquier niña mutilada por los falangistas o por los GAL.

Dada la trayectoria vital del ex concejal, hemos de creer que ambos tuits están en las antípodas de su pensamiento político. Por tanto, hemos de creer que ambos tuits intentan parecer chistes de humor negro, una clase de humor que los patriotas ibéricos creen que constituye el arquetipo del humor específicamente español. Y, en efecto, el humor negro es una acreditada especialidad española pero no porque esté inscrita en el ADN de nuestra idiosincrasia (¿qué es eso?) sino porque, desde 1936, los franquistas y los neofranquistas han creado y cuidado las condiciones para que florezca. Cuarenta años de genocidio español y otros cuarenta ocultándolo (y, por ende, prolongándolo en blando), dan para mucho luto.

En cuanto al intríngulis del primer tuit, cabe subrayar que el mentado ex concejal ha pedido perdón ‘a la comunidad judía’ por su alusión a “los cinco millones de judíos” reducidos a cenizas. Aquí se acentúan mis discrepancias con el nonato y difunto político municipal. Señor GZ o Guillermo Zapata: los nazis –ayudados por sus aliados franquistas- no sólo exterminaron a millones de judíos sino también a millones de gitanos, inválidos, prisioneros de guerra y disidentes políticos en general. Recordar sólo a los judíos es contribuir a la manipulación de la Historia. Y pedir perdón a ‘sus representantes’ es añadir confusión porque corre el peligro de dirigirse al Estado de Israel quien, desde el punto de vista de su comportamiento, más bien representa al III Reich.

Por ello, el tuit de marras es prueba palmaria de que el efímero concejal no ha conseguido zafarse del marco conceptual, icónico y léxico de eso que él mismo llama “la vieja política”. Quien, así sea en privado y por muy ‘revolucionario’ que sea en otros aspectos, repite cual lorito la palabrería y la propaganda chistosa del franquismo, nos está demostrando que no ha roto todavía el huevo de la serpiente. Cuando rompa el cascarón, que se matricule en el kindergarten y hablaremos de nuevo cuando llegue a la primaria de Política Municipal. Ahora bien, el segundo tuit es de una fealdad tan criminalmente holística que su examen nos sugiere que GZ no logrará nunca llegar a la secundaria… salvo que se vaya a la enseñanza privada donde le harán doctor en FAES y de las JONS antes de que se persigne el cura loco.

Apoyándonos en que los mentados chistes/tuits no representan la posición política de su emisor sino que, pese a ser textos privados, son muestras de una majadería tan supina como para exigir su dimisión, pasamos a preguntarnos: ¿qué pensar de aquellas catervas que emiten tuits semejantes y aún peores pero tomándoselos en serio? Quienes ahora se rasgan (poco) las vestiduras y exigen (mucho) cortar cabezas, son precisamente los neofranquistas que han heredado el franquismo, sus pompas, sus dineros… y su acceso exclusivo a los archivos públicos y privados de este desmemoriado país.

Veamos de cerca esto de los archivos pues parece plausible suponer que, como era de esperar, los neofranquistas han trabajado a conciencia los archivos privados de la ahora mayoría edilicia. ¿Podríamos los mortales del común bucear en el remoto pasado de las comunicaciones privadas de la tribu comandada por la señora Condesa Consorte Anti-Sistema? Evidentemente, no puesto que sería un comportamiento delictivo –e imposible-. Pero, además, no nos hace falta puesto que su comportamiento público es suficiente demostración de que, en su condición de tribu heredera intelectual, biológica y crematística del franquismo, es cómplice de los desmanes del nazismo y de su paralelo, el genocidio español.

Pero un tren puede ocultar otro. El que ha atropellado al imprudente GZ oculta un convoy con pésimas intenciones: aquel que indaga el pasado privado (repetimos, privado) de todo disidente. ¿Quién no ha despotricado alguna vez con gruesísimas palabras de las autoridades? ¡Hasta los fachas lo han hecho! Pero, claro, a ellos nunca se les tendrá en cuenta mientras que, a nosotros, nos podrá costar la vida –política u otra-.

Ello en lo que atañe al futuro pero, mirando atrás con ira, ¿cuál ha sido la política archivística del neofranquismo? Por suficientemente comentada, dejemos aparte la destrucción y/o la ocultación de los archivos franquistas. Y, por no salirnos del Ayuntamiento de Madrid, centrémonos en los últimos actos archivísticos perpetrados por la ex alcaldesa Botella. Todos sabemos qué hizo en su despedida y cierre: triturar cuanto archivo pudo. Pero hay algo peor que destruir la memoria madrileña y ello es incrustar una memoria falsa en el corazón no sólo de Madrid sino de toda España. El ‘descubrimiento’ de la tumba de Cervantes ha sido su canallada postrera. Costará años limpiar los archivos del veneno depositado para mayor gloria de quien se ha aprovechado de su cargo público para atacar a la Genética, a la Historia y al sentido común y, siempre insaciable, para inventarse un hito del turismo más vulgar –y, de paso, para interesarse en la gentrificación de un barrio inocente-.

Otrosí, por dos tuits majaderos, ¿vamos a crucificar a GZ mientras doña Botella se va de rositas? Está bien esto de ver la brizna de paja en el ojo del concejal amigo pero estaría mejor si, al mismo tiempo, señaláramos la viga en el ojo ajeno; ese que, hoy por hoy, es el ojo de la Condesa Anti-Sistema y el de su antecesora, la señora Botella de Ánsar.

Resumiendo, la tan cacareada regeneración política puede empezar dando la vuelta a las sentencias bíblicas. Por eso, nosotros, los antes llamados degenerados y ahora aspirantes a regenerados, “vemos la paja en nuestro ojo pero también –y con más fuerza- la viga en el ojo ajeno”.

*Foto: Colectivo de arte urbano «Ana Botella Crew«.

Deja una respuesta