
Luna Martínez, miembro de La Comuna.
El sábado 9 de noviembre de 2013 en la Casa de Velázquez (Cuidad Universitaria), se celebró un homenaje a las Brigadas Internacionales que hace 77 años llegaron a Madrid para contribuir en su defensa. En este homenaje se inauguró una placa a la XI Brigada Internacional, con la presencia del Rector de la UCM, José Carrillo y el Embajador de Francia, también representantes de ACER (Les Amis des Combattants en Espagne Republicane) y AABI (Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales).
Antes de que comenzara el homenaje en la Casa de Velázquez, unas cien personas hicieron un recorrido por diferentes lugares de memoria, como el búnker que está frente a la Facultad de Ciencias de la Información, o en la Facultad de Filosofía y Letras y destacando también la presencia de los brigadistas en la Facultad de Medicina. Durante el recorrido se leyeron testimonios de brigadistas que iban completando lo que nos iban mostrando. Al finalizar el recorrido se guardó un minuto de silencio al lado del viaducto, donde fueron enterrados tres voluntarios de origen checo, austriaco y esloveno que se jugaron la vida por detener el avance del fascismo en Europa.

Tras el recorrido, ya en la Casa de Velázquez, con unas vistas envidiables de la sierra, unos 300 participantes se unieron para honrar a los voluntarios que lucharon en aquel lugar, que aún mantiene huellas de la violencia de la que fue testigo, como las marcas de las bombas que cayeron hace 77 años en aquel mismo edificio.
El acto comenzó con la intervención del Jean-Pierre Étienvre, director de la Casa de Velázquez, seguidamente el José Carrillo, rector de la UCM, que pronunció unas palabras destacando la importancia del monumento a las Brigadas y aprovechó para señalar que la derecha española quiere borrar cualquier huella de lo sucedido, como el monumento a las Brigadas Internacionales de Ciudad Universitaria. A continuación Claire Rol-Tanguy, secretaria de ACER, quiso recordar que la mayoría de polacos que combatieron en ese mismo lugar, eran emigrantes o en su mayoría refugiados políticos que estudiaban o trabajaban en Francia.
El presidente de la AABI, Vicente González, hizo hincapié en el hecho de que los republicanos franceses honran la memoria de sus combatientes, y señaló la importancia de que los jóvenes conozcan la historia de las Brigadas, ya que son otros jóvenes de otra época haciendo gestas importantes y pueden servir de ejemplo para la actualidad.

En el acto la presencia de gente joven era notable, lo que demuestra la concienciación cada vez mayor, sobre todo de estudiantes universitarios, con la reclamación de justicia para las víctimas del franquismo.
El acto lo cerró el Embajador de Francia, Jérome Bonnafont, que puso en paralelo ambas guerras, la del 36 y la gran guerra (1914-1919), y señaló que cualquier conmemoración a cualquiera de ellas es una apuesta por la paz y la reconciliación de la sociedad.
Necesario pero no suficiente para obtener justicia, si no se acepta por ejemplo sacar a los muertos de las cunetas, y darles la oportunidad a sus familiares de poder despedirse de una forma honrosa y así poder descansar en paz, tanto los muertos como los familiares que reclaman justicia. O por ejemplo, si no se condenan a los responsables de la Dictadura y de su aparato represor.

Finalizó diciendo que “la esperanza no nace sino del pasado”, una frase que recoge los anhelos de los allí presentes.