
Ayman Sharawneh, durante 115 días, y Samer Issawi, durante 88 días, se niegan a probar bocado, en protesta por haber sido encarcelados sin previa comparecencia ante un tribunal, una estrategia que el régimen de Israel denomina ˈdetención administrativaˈ.
Samer Issawi se encuentra en estado crítico, por lo que las autoridades penitenciarias se vieron obligadas a trasladarlo al hospital de la cárcel de Ramle.
Issawi, que estuvo en prisión durante 10 años, tras ser puesto en libertad en el último intercambio de prisioneros entre el régimen de Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) el año pasado, fue de nuevo detenido por las autoridades israelíes.
Ayman Sharawneh no está dispuesto a ser liberado bajo condición de exiliarse de Cisjordania.
De acuerdo con un informe de la Organización No Gubernamental palestina de Apoyo a los Presos y de la Asociación de Derechos Humanos (Addameer) divulgado el pasado 1 de abril, al menos 4.610 prisioneros políticos palestinos se encuentran hacinados en las cárceles israelíes, 322 de ellos bajo ˈdetención administrativaˈ.
Según esta modalidad de reclusión, el régimen de Israel se toma la libertad de detener a una persona, sin que sea juzgada en un tribunal, por un periodo renovable de seis meses de manera indefinida.
Esta práctica de mantener a los prisioneros en las cárceles sin que sean juzgados ha sido criticada en repetidas ocasiones por organizaciones pro derechos humanos, que instan al régimen de Tel Aviv a acusar y juzgar a los presos o liberarlos a la mayor brevedad posible.
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