Pablo Mayoral en Mundo Obrero y en LQSomos.

En la madrugada del domingo 29 de marzo ha fallecido José María Galante, Chato para sus amigos, conocido luchador antifranquista, activista ecologista y social y en los últimos años referente de la lucha contra la impunidad de quienes formaron parte de la odiada dictadura franquista.

Chato ha muerto después de superar un aneurisma y un infarto. En la actualidad estaba luchando contra un cáncer de pulmón, la quimioterapia y radioterapia que estaba recibiendo y que no impidieron su actividad social y política le había debilitado y finalmente el coronavirus pudo con él.

Ha muerto, como a él le gustaba decir, siendo aún un “delincuente”, por el simple hecho de haber luchado contra el franquismo desde su organización de juventud, la Liga Comunista Revolucionaria. Por ello sufrió torturas y largos años de cárcel. Ninguno de los diferentes gobiernos habidos desde la muerte del dictador se han dignado a anular las sentencias de los tribunales franquistas y, por lo tanto, no han rehabilitado a ninguno de las luchadoras y los luchadores por la libertad, asesinados, torturados, detenidos y encarcelados.

Por ser consciente de esa cruel injusticia es por la que Chato propuso a un amplio grupo de personas, entre las que me encontraba yo, la creación de “La Comuna de presas y presos del franquismo”. Asociación que vio la luz en la primavera de 2011 y que venia a fortalecer el movimiento memorialista, con la participación directa de los represaliados en la última etapa de la dictadura y los primeros años de la transición. Asociación La Comuna de la que Chato Galante ha sido uno de los organizadores más valioso y tenaz.

Desde La Comuna participó de forma activa y entusiasta en la creación de la Coordinadora Estatal de apoyo a la Querella Argentina y viajó a Buenos Aires en multitud de ocasiones, junto a diferentes delegaciones de otras asociaciones memorialistas, para entrevistarse con la jueza María Servini. Fruto de este incansable trabajo en estos momentos hay veinte altos responsables de la dictadura franquista y torturadores encausados por el tribunal argentino en aras de la justicia internacional. Paradójicamente las extradiciones de estos individuos para ser juzgados han sido vergonzosamente denegadas por los gobiernos de turno. Entre ellos se encuentra el conocido policía franquista Antonio González Pacheco, alias “Billy el niño”, torturador directo de Chato Galante.

Chato también fue uno de los impulsores de la Red de ciudades por la Justicia y Memoria de la que formaban parte, entre otros, los ayuntamientos de Pamplona, Barcelona, Zaragoza, A Coruña, Cádiz y Rivas Vaciamadrid. Muchas de estas ciudades propusieron querellas contra la dictadura franquista.

El propio Chato, junto al dirigente de Izquierda Unida Willy Meyer, presentaron el 18 de enero de 2018 una querella por torturas contra González Pacheco, querella que, después de no haber sido admitida a trámite por ninguna de las instancias judiciales en España, ha sido recientemente presentada, junto a otras, ante el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, y de la que estamos a la espera de decisión.

La última batalla a la que Chato había dedicado ímprobos esfuerzos es el procesamiento de Martín Villa a través de la Querella Argentina. En junio del año pasado volvió a ir a Buenos Aires y estuvo con la jueza María Servini para presentar la querella por el asesinato de Germán Rodríguez en los Sanfermines de 1978, acompañado por su hermano Fermín Rodríguez y el exparlamentario Sabino Cuadra y presentar también la querella por el asesinato de Arturo Ruiz en enero de 1977, acompañado por su hermano Manuel Ruiz. Asesinatos estos acaecidos al igual que la masacre de cinco trabajadores en Vitoria durante los gobiernos en los que estuvo Martín Villa. A raíz de aquella visita, en la que también estuvieron el eurodiputado Miguel Urbán y varios concejales y diputados de Euskadi y Cataluña, la jueza decidió proceder al interrogatorio de Martín Villa en la embajada argentina el 20 de marzo de este año, como paso previo a su posible enjuiciamiento. Interrogatorio que nuevamente fue frustrado por la intervención directa del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino de España, interrogatorio que sigue pendiente de una nueva fecha, una vez que las trabas del gobierno español sean solucionadas.



Por último cabe recordar su amplia y decisiva participación en la película El silencio de otros, de Almudena Carracedo y Robert Bahar, que obtuvo el año pasado el premio Goya al mejor documental. Precisamente de los principales participantes en este documental ya han muerto María Martín y Ascensión Mendieta que buscaban los restos de su madre y su padre asesinados en la postguerra. Ha muerto también Carlos Slepoy, abogado argentino, uno de los principales artífices de la Querella Argentina. Y ahora nuestro compañero y amigo Chato Galante. Y es que la lucha por la Justicia, la Memoria y la Reparación es una lucha contra reloj. Después de 45 años de la muerte del dictador, sus victimas se van dejando literalmente sus vidas sin ver cumplidos sus objetivos de Justicia Democrática contra los crímenes de Lesa Humanidad cometidos por la Dictadura Franquista.

Para sus compañeras y compañeros de La Comuna, la muerte de Chato no hace sino reafirmar nuestra determinación y compromiso a los que él se entrego con pasión y solidaridad.

Chato Galante, compañero, amigo, luchador infatigable, tu ejemplo nos impulsa.

Seguiremos adelante, te lo debemos. El vacío que nos dejas procuraremos rellenarlo entre todos.

Hasta siempre.