Plataforma Abierta*. LQSomos. Julio 2015

El próximo 27 de septiembre se cumplen 40 años de los últimos fusilamientos del dictador Franco, que cerró con ese crimen su negra ejecutoria y mereció el definitivo aislamiento y condena internacionales. Este 40 aniversario, a nuestro entender y sentir, hace necesario el recuerdo, el reconocimiento y el homenaje a aquellos cinco jóvenes que entregaron su vida por la libertad de todos los pueblos de España.

Hace falta rescatar la memoria de aquel tiempo para entenderlo con justicia. Los últimos años del dictador no fueron una agonía blanda. Fueron una época de terror y feroz represión. El aparato de Estado cargó sus armas, y las usó: murieron manifestantes por pedir agua o salarios, se decretaron estados de sitio, el garrote vil volvió a escena, hubo miles de detenidos, los torturadores eran reputados héroes del Régimen…

Hace falta rescatar la memoria de aquel tiempo para tratarlo con justicia. Luchar contra la dictadura franquista era mirar de cara a la muerte. Ninguna libertad ni garantía democrática protegía a los que se enfrentaban a ella. Estos cinco jóvenes, Xosé Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz, Ángel Otaegui y Juan Paredes, Txiki, lo sabían y, pese a ello, no quisieron rendirse. Por eso pudo Xosé Humberto Baena comenzar su carta de despedida con una serenidad escalofriante: “Papa, mama: me fusilarán mañana…”, o pudo Juan Paredes Manot, Txiki, dedicar a sus hermanos pequeños, en el reverso de una fotografía, las palabras del Che que figuran en su epitafio: “mañana cuando yo muera, no me vengáis a llorar. Nunca estaré bajo tierra, soy viento de libertad”.

Hace falta rescatar la memoria de aquel tiempo para satisfacer una justicia que aún espera. El mundo condenó a Franco. Pero aún aquellas condenas ilegítimas no han sido revisadas ni anuladas, ni quienes las firmaron, en nombre de un régimen sangriento, han respondido de ello. Como de tantas otras cosas.

El 27 de septiembre y aquellos cinco jóvenes asesinados representan a todos los luchadores de la última etapa del franquismo, muchos afortunadamente vivos aún, que han abierto paso a las libertades en nuestro país pagando, a veces, un precio muy alto por ello. Aquel día Franco selló su final, aislado y esperpéntico.

Por todo ello, un grupo de antifascistas independientes, entre los que están algunos de los condenados en los Consejos de Guerra que impusieron las penas de muerte, así como familiares y amigos de los asesinados, abogados, artistas, periodistas, etc., hemos constituido una Promotora Abierta para organizar un Acto público de memoria y homenaje el próximo sábado 26 de septiembre, en Madrid.

Nos gustaría contar con tu adhesión y participación.
Un afectuoso saludo.

40 años: la generosidad de la resistencia
#27sep75

One Reply to “Al alba: 27 de septiembre de 1975”

  1. Leo muy a menudo el fusilamiento de Txiki y recuerdo a Antich. Debería exigirse reabrir los sumarios, a fin de dejarles limpios de toda culpa. Por supuesto. Me adhiero al homenaje.

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