La película El sopar (La cena, 1974), dirigida por Pere Portabella, ha sido traída a primera plana de la actualidad recientemente gracias a la torpeza de las autoridades provinciales de Granada (en concreto la Diputación provincial), que decidieron desprogramarla en la clausura, el 26 de marzo pasado, del ciclo de cine “Memoria del descrédito” celebrado en aquella ciudad.

Los más de 40 años transcurridos desde la filmación de El sopar, parece que no han sido tiempo suficiente para enfriar el furor censor de algunas autoridades, empecinadas en su rechazo a que se proyecte la luz sobre la realidad de una dictadura de la que sin duda se consideran tan herederas como obligadas a su ocultación y maquillaje.

Paradójicamente, este celtibérico episodio caciquil ha permitido a mucha gente descubrir el insólito documento histórico que, por varios motivos, constituye El sopar:     

Realizada en la etapa final del franquismo, con la represión criminal funcionando a todo gas, su rodaje en una misma tarde-noche, coincide, para mayor simbología e intencionalidad, con la velada víspera del asesinato por garrote vil de Salvador Puig Antich. Esto es, la tarde del 1 de marzo de 1974, estando Salvador “en capilla”.

Los protagonistas son 4 ex-presos y 1 ex-presa políticos de diversas adscripciones militantes e ideológicas, que suman un total de más de 50 años de cautiverio efectivo; y la narración o argumento de la película es precisamente la reflexión espontánea de esas personas sobre esa experiencia, tanto en el plano político como personal y vital.

Como señaló el propio Portabella en respuesta al acto de censura de la Diputación granadina, refiriéndose a los protagonistas: “Para mí son un referente ejemplar de coherencia política, ética y de una enorme generosidad por la que merecen estar aquí hoy, más allá de vicisitudes ocasionales fruto de la intolerancia”.

Tanto dicho contexto histórico y político, como su temática inédita en el cine, y sus propios protagonistas, confieren a El sopar un valor único como valiente ejercicio de visibilización de una realidad que, como casi todo lo que tiene que ver con el franquismo, y en particular con su última etapa (el llamado tardofranquismo), sigue resultando sumamente incómodo para la derecha de este país, y, lamentablemente, también para buena parte de la izquierda. No hace falta recordar que bajo la coartada, cada vez más desgastada, de los pactos de la Transición, nuestra historia reciente constituye un tabú cuyo silenciamiento representa la otra cara de la vergonzante impunidad de los crímenes de la dictadura.

En tanto que asociación de represaliados y represaliadas del franquismo, El sopar tiene para nuestra asociación La Comuna un doble valor: primero porque habla de la cárcel y de las vivencias e inquietudes de los presos y presas políticos; nos hemos reconocido en ese diálogo de los protagonistas y en la imagen cercana que transmiten como seres de carne y hueso, huyendo de triunfalismos y retóricas, con sus dudas y contradicciones, que en definitiva no serán muy diferentes a las de otros presos de conciencia víctimas de regímenes totalitarios en cualquier punto del planeta; por otra parte, porque contribuye a la lucha en la que junto a tantas otras organizaciones memorialistas estamos empeñados por la verdad y la justicia respecto a los crímenes del franquismo.

Por ello, tras conocer la censura impuesta a su proyección en Granada, hemos decidido promover la presentación de El sopar en Madrid, para lo cual hemos contado con la generosidad tanto de su director, Pere Portabella, proporcionándonos la película y accediendo a participar en la presentación, como de una protagonista de la misma, Lola Ferreira, que igualmente ha aceptado participar en el acto.

Os invitamos por lo tanto a la presentación en la Cineteca Madrid de Matadero, el 5 de junio a las 19:00h, con la presencia del director Pere Portabella, y de una de sus protagonistas, Lola Ferreira.

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