Luis Suárez-Carreño, nació el 12 de Febrero de 1949. Proviene de una familia de clase media alta de ideología de derechas: su padre además de ser un destacado cirujano perteneció al ejército como médico y militar y su madre provenía de una familia muy conservadora. Sin embargo, en su casa no se hablaba de política, por lo tanto no tuvo inquietud política hasta los 14 o 15 años, cuando empezó a contrastar lo que se leía en su casa a través del ABC y otros medios cotidianos de la época, con lo que decían otros compañeros con padres republicanos. Se radicalizó aún más cuando entró a estudiar arquitectura en la universidad dado que en los años sesenta aquello era un hervidero de política. Fue consciente de la enorme represión en todos los aspectos que sufría la sociedad española de aquella época, y empezó a aproximarse a la corriente política Frente de Liberación Popular (FELIPE). Nunca llegó a formar parte de éste, ya que al poco tiempo se disolvió. Su militancia comenzó cuando estaba en 2º de carrera al formar la Liga Comunista Revolucionaria (LCR), con algunos ex-integrantes del FELIPE.

En 1970 sufrió su primera detención: estaba en uno de los pisos de estudiantes de Aluche y la policía vino por un problema con integrantes del FRAP. Le acusan por tener documentos comunistas, le meten en la cárcel y le llevan a juicio. Sale indultado y al poco tiempo contrae matrimonio. A los pocos meses de casarse, le vuelven a detener por segunda vez. Era el año 1973 y ocurrió porque un compañero le dió su nombre a la policía y éstos le denunciaron como dirigente de la LCR.

“Me tienen tres días en la cárcel en los cuales me pegan y me agreden violentamente. Prácticamente no dormí en esos días: me subían y bajaban del calabozo constantemente, porque una de las técnicas es el agotamiento. De esta forma pierdes un poco la orientación porque ya no sabes si es de día o de noche. Era verano y te morías de sed, te ponían ropa de invierno para que sudaras y no te daban agua. Te pegan, te vuelven a bajar, te vuelven a subir y así durante 3 días.”

Su mujer también sufrió una detención y maltratos durante los interrogatorios de la policía, mientras que a él le amenazaban con hacerla daño en sus propios interrogatorios. En su segunda detención, Luis no consigue la libertad provisional. La petición en el juicio es de ocho años y cuatro meses (asociación ilícita y propaganda ilegal), aunque fue condenado solo por asociación, a cuatro años y dos meses.

Tras la estancia en la cárcel de Carabanchel como preventivo, una vez condenado es trasladado a la cárcel de Jaén, penal de segundo grado para presos políticos. Por último, cumplió el final de su condena en el penal de tercer grado de Palencia. La cárcel también significó un período de estudio, trabajo y de discusión muy intenso, donde adquirió una autodisciplina enorme. Pero hubo momentos muy complicados, marcados por las celdas de castigo. Cada vez que hacían una huelga de hambre, les aislaban totalmente entre ellos y posteriormente tenían un período de castigo durante el cual no podían comunicarse con nadie, ni con la familia ni con otros presos. Eran períodos de delirio durante los cuales perdían la noción del tiempo. No obstante, guarda algunos buenos recuerdos.

“A la mayoría de los presos, ya los conocía porque eran de la LCR, pero por ejemplo a Luis Roncero, Luis Puicercús o Mariano Montreal, militantes del FRAP, no. Al ser de otras organizaciones, la amistad fue posible sólo a partir de la cárcel, donde nos convertimos en compañeros. Conocí a mucha gente del PC, CCOO, anarquistas… gente muy interesante, los compañeros e incluso presos comunes. Muchos de estos eran víctimas de unas duras situaciones sociales y económicas, y tenían una cierta conciencia política antifranquista.”

En cuanto a la relación con su familia, sus padres le apoyaron pagándole un abogado y mantuvo una relación con su mujer a través de cartas semanales durante los tres años que permaneció en prisión, y visitas muy esporádicas. Todo esto hizo que los momentos en los que se veían fueran muy emotivos. En la última etapa en la cárcel de Palencia, dado que en 3er grado se permitía a los reclusos trabajar fuera de la prisión, pudo salir a trabajar a un estudio de arquitectura que tuvo la solidaridad de aceptarle como ayudante, en cambio muchos otros presos de esa cárcel no pudieron salir a trabajar porque no encontraron adonde.

La salida de la cárcel fue complicada. Muchos salían con ganas de hacer muchas cosas, pero no eran conscientes de que las cosas habían cambiado con los años. Algunos nunca recuperan del todo su vida. Luis se siente afortunado al haber estado pocos años en la cárcel y el haber podido terminar sus estudios.

La transición para él fue una gran frustración:De alguna manera, se dejó el trabajo a medias. Es decir, todo el esfuerzo y la movilización, sobre todo de los años sesenta y setenta, en gran medida se desperdicia dado que no se toca al aparato de Estado ni a la oligarquía económica soporte del franquismo y alimentada por este… y sobre todo, no hay justicia respecto a los crímenes del franquismo”. Para él se sigue pagando el chantaje que se aceptó por los partidos mayoritarios de izquierda en 1978. El franquismo pervive a través de los aparatos represivos y militares que siguen en cierto modo tutelando a la democracia, la impunidad respecto a los crímenes de la dictadura se perpetúa, y se oculta y falsifica la memoria histórica reciente desde los estamentos oficiales.

“La Querella Argentina en la que participa La Comuna es una gran inyección de moral”. Su mayor preocupación es que a través de la impunidad se consiga reescribir la historia, y que cuando ya no queden testigos vivos se instale una versión adulterada y blanqueada de franquismo, en particular de su última etapa (el “tardofranquismo”). Ese, señala, es también el objetivo de la asociación La Comuna: que la lucha contra la impunidad de los crímenes franquistas permita conocer la verdad de nuestra historia reciente a las generaciones venideras, y en definitiva que nuestra sociedad se construya sobre una memoria histórica lo más verídica y objetiva posible, entre otras cosas para evitar la repetición de aquellos hechos.

4 Replies to “Luis Suárez-Carreño”

  1. Coño Luisín que guapo estás, y ya que pasaron años desde que hicimos la carrera y andábamos enredados entre los cuatro frentes de la revolución mundial, la eterna pelea , círculos rojos y rosaos……

    En fin. Un abrazo muy fuerte. Víctor

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