Manuel Blanco ChiviteEntrevista con Manuel Blanco Chivite, militante de la resistencia contra el franquismo en España y condenado a muerte por el régimen. Cuenta su experiencia y analiza la querella argentina contra los crímenes de la dictadura de Franco.

Por Nahuel Placanica I, Agencia Paco Urondo, 22.05.2013

AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo ha sido su experiencia personal en relación al franquismo?

Manuel Blanco: Quisiera hacer una pequeña puntualización, no me considero una víctima del franquismo, me considero un represaliado. No he sido alguien que sufrió la represalia fascista sólo porque pasaba por allí sino que formaba parte de la resistencia contra la dictadura en una de sus variadas etapas, o sea, la última etapa del franquismo, los años 60 y 70.

Mi experiencia es la de un militante de uno de los grupos de los partidos que luchó en la clandestinidad, en la época del Frente Revolucionario Anti Fascista y Patriota.

Los últimos asesinatos del franquismo fueron el 27 de septiembre de 1975, es decir, dos meses antes de que el dictador muriera. En esa época, distribuir una octavilla o pintar la palabra libertad en una pared podía ser objeto de que a uno le disparasen un tiro.

Consideramos que algo importante quedó en el aire, entre otras cosas, la impunidad de todos los asesinos, de todos los torturadores, de todos aquellos empresarios que se aprovecharon del trabajo esclavo explotando durante años a gran número de trabajadores.

Hay que tener en cuenta que después de la guerra hubo 125 mil desaparecidos constatados, no durante los combates de la guerra civil, sino después de acabada la guerra, y  hubo más de 200 mil fusilamientos.

Lo que hicieron fue “borrón y aquí no ha pasado nada”. Eso es lo que se estableció después de la muerte de Franco y en eso estamos hasta hoy.

Yo fui detenido por el famoso TOP, un tribunal de carácter fascista donde se pasaban los delitos de propaganda ilegal que podían costar entre seis y siete años de cárcel. Recuerdo que en el año 75 hubo 80 secuestros de publicaciones ilegales.

En los últimos años del franquismo hubo seis Estados de excepción, dos de ellos afectaron a todo el territorio nacional y el resto afectó a lo que entonces se llamaban provincias del País Vasco. Treinta y cinco años después de acabada la guerra hubo cuatro consejos de guerra en España. Tuvieron lugar en Madrid, Burgos y uno en Barcelona. Consecuencia de ellos, fueron los cinco últimos asesinatos del régimen por fusilamiento.

APU: ¿Fue condenado a muerte por el franquismo?

MB: Fui condenado en uno de los consejos de guerra que se celebró en Madrid, en el acuartelamiento de El Goloso, sede de la división acorazada “La Briac”, columna vertebral del ejército de Franco. El consejo de guerra en El Goloso estuvo a cargo la división acorazada Brunete, cuyo jefe era el General Milans Del Bosch, este rufián fue uno de los que luego se implicó en el intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981 y llegó a poner en la calle algunos tanques, en la ciudad de Valencia. Fue también un asesor militar de la Casa Real, del rey Juan Carlos, éste era el general de la división acorazada de Brunete .

Allí se dictaron varias condenas de muerte. Algunos tuvieron la condena conmutada por 30 años. José Luía Sánchez Bravo Solía y Ramón García no corrieron tal suerte y fueron fusilados el 27 de septiembre. Luego fue fusilado Ángel Otaegui, condenado a muerte en Burgos y Juan Paredes Manot, condenado en un consejo de guerra en Barcelona. Hubo 16 peticiones de pena de muerte, 11 sentencias de pena de muerte y 5 fusilamientos el 27 de septiembre en 1975.

Hubo una avalancha de protestas y manifestaciones en solidaridad absoluta en toda Europa. En España fueron llamados embajadores de varios países a consulta. La embajada española fue arrasada en Lisboa por los manifestantes, incluso un ministro sueco salió a la calle en solidaridad con la manifestación española. En Francia hubo un paro general, cuya participación de los trabajadores fue inmensa, hicieron un paro simbólico como protesta. También en Italia y Suiza hubo grandes manifestaciones.

Esto indicaba que la trayectoria del régimen en sus decisiones más brutales tenía muy poco porvenir y que algo tenía que cambiar si se quería sobrevivir a aquellos intereses económicos y políticos que había sostenido el franquismo. Justamente lo que se pidió fue una especie de pacto de “vamos a dejar intacto el pasado” y que hoy en día, al cabo de dos años, eso está puesto en cuestión, entre otras cosas, por la querella argentina.

AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo ve el avance de esta querella?

MB: En primer lugar, señalar el apoyo social que esta querella tiene en España. En este momento hay una serie de ayuntamientos que están aprobando mociones de condenas al régimen de Franco y de apoyo explícito y escrito a la querella argentina contra crímenes franquistas. Hay ya ayuntamientos de tres capitales que han aprobado esta moción: Pamplona, San Sebastián y Victoria, todas ellas del país Vasco y Navarra que están divididos en dos comunidades, la comunidad autónoma Vasca y la comunidad foral de Navarra. Hay aproximadamente alrededor de 50 ayuntamientos, algunos de importancia, como Guernica.

Por otro lado, están los apoyos de los diputados en el Congreso de la Nación. Entre 26 y 28 diputados han firmado explícitamente prácticamente la misma moción. En conjunto, estos diputados representan a 2 millones de votantes de esas mayorías municipales que he citado. Por lo tanto, podríamos decir que hay un apoyo social explícito muy importante, expresado por escrito.

Está también el apoyo de prácticamente todo el Movimiento de Memoria Lista, la Plataforma y de redes que se denominan explícitamente de apoyo a la querella argentina contra los crímenes del franquismo. En Madrid está la red Aqua que apoya la querella y reúne 52 asociaciones, aunque algunas de ellas no son estrictamente de Madrid

Hay un sentimiento en gran parte en la sociedad española de que se está entrando en una etapa de contestación, de protesta, de lucha y que en esa nueva etapa los crímenes del franquismo están ahí, sin haber sido depurados.

El otro aspecto de la querella es ese movimiento del gobierno español de retrotraernos al pasado. Mientras existe un movimiento democrático, de saneamiento democrático, de avance democrático para esclarecer la verdad de la dictadura, el gobierno actual -el gobierno del Partido Popular-, pone dificultades al establecer presiones políticas, con justificaciones absolutamente insensatas.

El gobierno nos está presionando para ir atrás, para retrotraernos a un encubrimiento de la dictadura y de los criminales y rufianes que todavía están vivos y por lo tanto tienen que responder ante la justicia. Si no es ante la justicia de España, será ante la justicia universal, a la que se ha acogido la querella abierta en Argentina por la Jueza Servini de Cubría.

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