Qué hacemos con la Memoria Histórica

Manuela Bergerot, Madrid 26.03.13

Qué hacemos está impulsada por un colectivo editorial y de reflexión formado por Olga Abasolo, Ramón Akal, Ignacio Escolar, Ariel Jerez, José Manuel López, Agustín Moreno, Olga Rodríguez, Isaac Rosa y Emilio Silva.

Hoy han presentado en la Fnac de Madrid el libro Qué hacemos por la Memoria Histórica de los autores Rafael Escudero (profesor de Filosofía del Derecho en la UC3M), Patricia Campelo (periodista), Carmen Pérez González (profesora de Derecho Internacional Público en la UC3M) y Emilio Silva (ARMH).

Rafael y Patricia comenzaron sus intervenciones destacando la importancia del trabajo en la recuperación de la memoria para que la ciudadanía comprenda que la crisis actual está directamente relacionada con el pasado de España, para que los movimiento sociales como 15M, 26S, etc, engloben el estudio del pasado en su trabajo por regenerar el sistema. Para crear debate en la ciudadanía y en la importancia de preservar el testimonio de las víctimas de la guerra y posguerra.

Compartimos las palabras de Jose Antonio Martín Pallín, quien comenzó su intervención hablando de las víctimas del franquismo de los años 60-70, memoria viva de aquella época, y quienes hoy están trabajando porque se condene al torturador Billy El Niño en la Querella Argentina contra los crímenes del Franquismo.

Qué hacemos con la Memoria Histórica

Ante lo que está sucediendo en España, Pallín recuerda que este país no ha podido tener una derecha democrática, después de la guerra no hubo un espacio político para la misma, ya que incluso ellos se tuvieron que exiliar (los que no apoyaban fielmente al régimen). El Franquismo fue habilidoso y cultivó el anticomunismo: todos los que no estaban con los «gloriosos salvadores de la patria», eran comunistas. Señaló también a la Transición como parte responsable de la situación actual, aspecto que espera sea evidente ya para todos.

Interesante su visión sobre la recientemente creada Plataforma por la Comisión de la Verdad, en la que le gustaría que fuera como la de Argentina o la de Chile: que participara la Iglesia Católica. Según Pallín, la Verdad ya está esclarecida, incluso en el libro que presentaban en este acto, «no creo que haya que descubrir nada nuevo, lo que habría que haber hecho es juzgar a los culpables. Las cifras se saben. Por eso, ahora tenemos una oportunidad de ir del presente al pasado, a través de la Querella Argentina. Así, a lo mejor la sociedad española se encuentra ante el espejo del pasado«.

Pallín también tuvo palabras para la llamada Ley de Memoria Histórica, empezando porque ésta ni siquiera se llama así, y la cual cerró desde su creación las puertas a un posible establecimiento de justicia. «La Ley de Amnistía es una aberración jurídica, no puede haber amnistía en crímenes de lesa humanidad«.

Terminó su interevención aludiendo a la resignación de lugares de represión, como el Valle de los Caídos, construido por empresas que utilizaron a presos como esclavos. Enlazó así nuevamente el presente con el pasdo: poder político y oligarquía económica actuales, herederas del franquismo.

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